¿Por qué restaurantes y cocinas necesitan mandiles?

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Los mandiles son uno de los elementos de seguridad más importantes para el control de infecciones y la prevención de la contaminación cruzada. Aunque son usados comúnmente en hospitales, industrias de producción de medicamentos, en los últimos años se han popularizado en las empresas de servicios de alimentos, como restaurantes, catering, cocinas, entre otros.

Los mandiles utilizados en los servicios alimenticios suelen ser reutilizables, fabricados de vinil o polietileno de alta densidad que resisten a las condiciones de alta temperatura y exigencia común en las cocinas, así como el proceso de lavado y desinfección. Su uso combinado con el cubrebocas y la red para cabello, permiten crear un ambiente higiénico para la producción, preparación y servicios de alimentos.

El mandil ha sido un artículo muy utilizado en las cocinas y restaurantes desde hace varias décadas, aunque anteriormente solo tenían el objetivo de proteger al personal de los productos a altas temperatura, por lo que eran fabricados principalmente de piel, en la actualidad también tienen un papel muy importante en la higiene.

Las principales razones por las cuales su personal debe usarlos son:

  • Protección. Los mandiles protegen la ropa de salpicaduras y derrames de productos muy calientes y líquidos; por ejemplo, el aceite caliente, la grasa y la sangre de la carne. Estos productos pueden causar quemaduras, dañar la ropa y hacer que huela mal. A diferencia de los mandiles de tela que se deben lavar y volver a lavar para eliminar los derrames persistentes, los de plástico con fáciles de limpiar y brindan mayor protección.
  • Propiedades antibacterianas. Los polímeros, como el vinilo y el polietileno, no contienen componentes orgánicos, por lo que evitan que los gérmenes se unan a las fibras y contaminen los alimentos, fundamental para proteger los alimentos y a los consumidores.
  • Diferentes colores disponibles. Para diferenciar entre los distintos servicios y tareas del personal, usar colores diferentes en los mandiles es una ayuda. Además, determinados colores permiten identificar las manchas de productos que pueden contaminar los alimentos y será más fácil decidir cuándo debe cambiarse el mandil antes de manejar los alimentos.
  • Fácil mantenimiento. Los mandiles plásticos pueden lavarse con facilidad con desinfectantes, vapor o agua caliente sin que se deformen o afecten su calidad. No se decolorarán, arrugarán o se harán más grandes, como suele pasar con algunos mandiles de tela.

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