Conozca más… sobre los cubrebocas

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Saludos cálidos y cordiales a quienes nos honran con su visita en este blog, con el que intentamos acercarnos a los comercios, instituciones e industrias para que conozcan las variadas mercancías que ofrecemos en nuestra empresa ESC Representaciones, distribuidores exclusivos de marcas líderes a nivel mundial para las industrias mexicanas.

En esta ocasión blogueamos una entrada que seguro interesará a aquellos que deseen optimizar los estándares de higiene de sus procesos comerciales y productivos, ya que hablaremos sobre los cubrebocas, los cuales han demostrado ser efectivos en el cumplimiento de las normativas de limpieza que exige nuestro país a las instituciones e industrias.

Con mayor precisión, hablaremos sobre diversos aspectos relevantes de este producto que vale la pena conocer, por ejemplo, la efectividad de su uso, su funcionalidad, motivos para su implementación, modo de utilización, recomendaciones, etcétera. Se trata de un artículo íntegro que agradará sin duda a los lectores interesados. Sin más dilaciones, dirijámonos a los temas que en esta entrada nos competen.

El cubreboca: ¿para qué sirve y cuál es su efectividad?

En la actualidad, existe una controversia bastante difundida en relación al cubrebocas y su efectividad dentro de establecimientos como hospitales y fabricas pertenecientes a la industria farmacéutica y alimenticia.  Entre las preguntas más frecuentes en el tema, destacan aquellas referentes a su funcionalidad, su obligatoriedad, entre otras.

Son sin duda, materia de discusión, pues aunque se sepa con amplitud que el cubreboca auxilia a evitar la contaminación durante los diversos procesos de las industrias e instituciones, por ejemplo, el tratamiento de sustancias químicas o la elaboración de productos comestibles, su uso indebido puede incrementar los índices de riesgo por contaminación en lugar de disminuirlos.

Ahora bien, la funcionalidad básica de esta pieza es evitar la contaminación (de los comestibles u otros elementos) proveniente de la boca o la nariz. Por ejemplo, inhibe que las gotas de la saliva que resultan imperceptibles y que se producen al estornudar, toser, hablar, reír, etcétera, se esparzan en el ambiente y alcancen a los productos de consumo humano. Asimismo, es usado con el fin de brindar protección a los trabajadores que operan con sustancias que pueden ocasionar irritación o daño en las vías respiratorias.

Algunos no se convencen de la importancia que tiene utilizar cubrebocas en actividades específicas, por tal motivo, a continuación daremos una razón por la que lo pensarán nuevamente:

*Según estudios recientes, se estima que por cada mililitro de nuestra saliva hay hasta 100 millones de bacterias y microorganismos. Ésta cantidad está compuesta de más de 500 especies, de las cuales, pueden resultar patógenas algunas. Un ejemplo de bacteria patógena es el Staphylococcus aureus, el cual, es parte de la flora normal de nuestra especie.

Las vías nasales son el área que coloniza con mayor frecuencia, aunque puede hacerlo en la boca y en las zonas lesionadas de la piel. Se tienen estadísticas de que entre el 30 o 50 por ciento de individuos con condiciones normales de salud pueden estar colonizados por dicha bacteria que produce intoxicación por ingesta al liberar en los comestibles enterotoxinas y propicia la aparición de un síndrome conocido como  “shock tóxico” al liberar en las vías sanguíneas  superantígenos.

Ahora nos corresponde cuestionar la efectividad de los cubrebocas, ¿realmente evitan la contaminación de forma absoluta o sólo lo hacen porcentualmente? Para ello, recurramos nuevamente a la ciencia, la cual explica que un cubreboca normal como los que se utilizan dentro de las industrias químicas, médicas, alimentarías, farmacéuticas, etcétera, cuenta con espacios entre las fibras que miden 0.1 micrones aproximadamente. ¿Qué quiere decir esto? Que sí consiguen su objetivo  de evitar que se esparzan las bacterias, ya que estas miden entre 0.2 y 0.1 micrones.

Con mayor precisión, se trata de una efectividad sumamente alta contra la filtración de bacterias, pues abarca más del 99%. Sin embargo, esta eficiencia tan elevada se viene abajo cuando se trata de controlar la dispersión de organismos virales, pues estos son todavía mil veces más diminutos (en nanómetros) que los agentes bacterianos. Por tal motivo, es necesario reforzar los estándares de higiene no sólo con equipos y herramientas de trabajo (como el cubreboca entre otras prendas) sino también con medidas que eviten que el personal infectado con un virus opere hasta su recuperación.

El cubreboca es una herramienta de prevención y previsión, y su funcionamiento depende del modo en que se use. Para ello, debe cubrirse tanto la boca como la nariz, pues son las zonas de donde se origina la contaminación. Es necesario que se mantenga seco en todo momento y que se deseche cuando presente signos de humedecimiento. Si no se cumplen las condiciones mencionadas, es muy posible que se multipliquen las bacterias, pues la humedad y el oxígeno propician su expansión y crecimiento.

Según los organismos internacionales y nacionales dedicados al control de higiene en las industrias, instituciones y comercios, no se considera como obligatorio el use de un tapabocas, sin embargo, es ampliamente recomendada su implementación, sobre todo en aquellos establecimientos donde se opere con materias sensibles microbiológicamente, como los alimentos entre otras sustancias químicas.

En nuestro país, en la norma vigente NOM-251-SSA1-2009 no se dice nada con respecto al uso obligatorio de los cubrebocas, pero sí se menciona que aquellos que lo utilicen deben mantenerlo limpio y en buen estado al comenzar la jornada laboral. Con lo dicho hasta aquí, pueden entenderse muchos aspectos relevantes en torno a los tapabocas, como los que distribuimos en ESC Representaciones. Por ahora nos despedimos, esperando su próxima visita en este blog. ¡Hasta la  próxima entrada!

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